Los códigos QR forman parte ya de nuestro paisaje publicitario. Si hasta hace poco estos códigos bidimensionales eran empleados por algunas empresas, a día de hoy se están convirtiendo en una herramienta común gracias a la proliferación de smartphones.
Casa, zapatos, coches, ropa, billetes de avión, hoteles, viajes, libros, medias, maletas o toallas de playa. Todo a su alcance tras hacer click sobre ese pequeño cuadro de puntos negros.
Atrás quedan esos móviles con los que solo hacíamos llamadas. Pensar a día de hoy en un teléfono con el que no poder acceder a Internet, consultar nuestra agenda, hacer fotos o grabar un vídeo parece de otra época. Pero no hace tanto que vivíamos en ese pasado.
Ayer leía en Puromarketing.com que la audiencia de vídeos a través de móvil había sufrido un incremento del 40% en en el tercer y cuarto trimestre de 2.010, según Nielsen. Además el día del Tsunami, el pasado 11 de marzo, MobiTV registró en su promedio de horas un salto de 500%, provocado por ciudadanos en busca de información actualizada.
En mis primeras prácticas en El Progreso de Lugo, no sabíamos lo que era Google, hasta la maquetación respondía a métodos tradicionales, pero hoy ¿hay algún periodista que no utilice este buscador y sus múltiples servicios?
Mi hijo tiene dos años y cinco meses y maneja mi Iphone mejor que yo. Pertenece a una generación de nativos digitales, nosotros somos inmigrantes digitales y eso se nota. !Mi abuela de 94 años no sabe ni hacer una llamada con un móvil de lo más sencillo!
Hablando de este tema hace poco en una sobremesa familiar comentábamos que estamos viviendo una de las revoluciones más importantes de los últimos tiempos. Hasta ahora pocos avances tecnológicos habían cambiado tanto nuestra forma de comunicarnos, de producir, de generar información, de motivar transformaciones…. Estamos en plena revolución, en pleno cambio hacia una nueva era. Basta con pensar en Twitter y Túnez, Egipto y la llama que está prendida en esta parte del mundo.
En este nuevo panorama que se abre ante nosotros queremos estar más informados, pero nosotros somos los que buscamos la información. Y las empresas lo saben, por ello intentan seducirnos con sus contenidos. Tienen que sorprendernos, no nos vale lo de siempre. Queremos más.
Y si yo como consumidora quiero que me sorprendas, tú como directivo responsable de una marca tienes que apostar por sorprender y no apostar por lo de siempre. Apuesta por la creatividad.
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